No se realmente lo que me estremece más, si el hecho de que se obligue a un niño de seis años a rezar por Real Decreto, que tengan que rechazar la ciencia o las teorías evolutivas, o que se adoctrine a los pequeños con ideas machistas y reaccionarias sobre sexo o convivencia.
Lo que de verdad me preocupa es que en pleno siglo XXI, en un estado laico, se permita a la Conferencia Episcopal Española meter las narices en asuntos de Estado, en este caso tan importante como es la educación.
Reitero una vez más ( y lo haré las veces que sea necesario) que los temas del alma tienen que dejarse en el ámbito de lo privado. Tengo que destacar que esta intrusión del Episcopado en el laicismo en el que tendría que moverse la educación ( y el resto de asuntos del estado), está consentida y promocionada por este gobierno reaccionario que nos toca sufrir y supone un menosprecio al resto de religiones y pensamientos éticos.
P.Olivares.
