Mientras en este país los aspirantes a la presidencia no hacen más que gruñirse dar vueltas y olerse el culo como dos chuchos marcando territorio, pero sin atreverse a dar la primer dentellada, desde Europa "los señoritos poderosos" nos marcan el camino que debemos seguir si queremos capear esta tormenta de la crisis.
A España le ha tocado (por imperativo legal) el papel de "currito" en esto de arrimar el hombro para intentar salvar el Euro. Estos países "señoritos" piden, o más bien exigen a los países "currito" enormes sacrificios, que a la larga están pagando los ciudadanos de a pie, mientras vemos con estupor que nuestros sacrificios tan solo sirven para que sus economías crezcan, su tasa de paro disminuya, y la crisis les afecte lo menos posible. Mi opinión es que estas medidas que nos están imponiendo solo atienden a sus propios intereses, y lo de la unidad en el Euro es tan solo una quimera.
Es ahora cuando echando la vista atrás, me entra la añoranza de aquella peseta con la que los de nuestra generación nos criamos. Si tengo que hacer balance de lo que el Euro me ha aportado a nivel personal, tengo que decir que no he logrado encontrar ABSOLUTAMENTE NADA BUENO.
Parece que nos vendieron la panacea, y la realidad para la mayoría de los españoles es otra bien distinta. Hemos perdido poder adquisitivo, se nos paga menos, tenemos menos ahorrado, nos jubilamos más tarde.....y no quiero seguir que me deprimo.
Empiezo a comprender el pánico que desató el anuncio de un referéndum para preguntar a los griegos su opinión acerca del Euro. Me imagino que es la misma que yo tengo en la actualidad acerca de la dichosa moneda germano/francesa.
Dicho esto nos toca reflexionar a quien favorece esta gloriosa moneda única, a la que los ingleses no han querido ni acercarse. Yo tengo algo clarísimo: a mi familia ¡¡¡NO!!
Un saludo.
E.M.M.
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