Es algo muy típico en este país el poner virtudes magnificadas en las espaldas de personajes, cuando se produce un deceso. Al caballero o señora en cuestión se le atribuyen hazañas que muchas veces son un tanto exageradas. Hoy salta a titulares nacionales el óbito del señor Fraga Iribarne , ilustre político con más de sesenta años en política a sus espaldas, y todos los titulares recalcan su gran labor en la transición, o su mandato dentro del PP y su legislatura autonómica en Galicia. Todo ello, por supuesto digno de mención, pero parecemos olvidar esa otra cara de D. Manuel: su época franquista, su "la calle es mía" en el 76, etc. etc. Siguiendo esa tradición tan española de glorificar al recién finado, ahora D. Manuel va a lograr en muerte algo que no logró en vida: el volver demócratas a la derecha franquista en España.
No quisiera hacer más leña del árbol caído, pero solo nos faltaría que algún porta-sotanas nos lo quisiera canonizar...
Adiós al artífice de la derecha democrática en EspañaP.Olivares.
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