miércoles, 5 de octubre de 2011

¿Hasta cuándo?

Cogemos el ordenador en esos días y horarios "populares" y nos encontramos con que va tan lento que entra dentro de las absurdas posibilidades el hacerle un agujero para añadirle una manivela. Es entonces cuando pensamos: Bueno, es que hay mucha gente conectada.
En pleno verano o en lo más crudo del invierno sufrimos apagones por consumo comunitario y decimos: Bueno, es que está todo el mundo usando el aire acondicionado o las calefacciones.
En cualquiera de estos dos casos, que pueden resultar triviales, nos encontramos con que la comprensión no es bidireccional. Si alguien tiene problemas para ejecutar los pagos del servicio comprobaremos como proceden al corte del mismo sin decir: Bueno, es que la situación actual es complicada y tienen problemas. Los problemas de las grandes compañías son perdonables pero los del usuario no.
Pasemos a ejemplos importantes: Nos suben los impuestos, nos bajan los sueldos, nos recortan los beneficios sociales, la educación, la sanidad, la televisión autonómica (esto se podría tratar de forma individual), se eliminan puestos de trabajo, aumentan los precios de los artículos de primera necesidad... y encima nos hacen pensar: Bueno, es que estamos dentro de una crisis mundial.
Siento una gran sensación de asfixia. Me siento siguiendo la marcha monótona y cansina de un gran rebaño de ovejas. ¿Hasta cuándo vamos a dejar que nos aborreguen de semejante forma? Estamos viendo aportaciones millonarias a bancos que luego se dedican a sangrarnos. Estamos viendo como nuestros políticos están cobrando cifras millonarias por "no hacer bien su trabajo". Tengo una teoría y es que el dinero, al igual que la materia, ni se crea ni se destruye, tan solo cambia de manos. Y es ahora cuando podemos comprobar que el dinero está cambiando de manos, pasando de las manos de muchos a las manos de unos pocos. En los malos tiempos es bien sabido la existencia de especuladores. En tiempos pasados eran gente avispada y sin escrúpulos; hoy en día siguen sin tener escrúpulos pero tienen el apoyo o beneplácito de muchos, entre ellos la clase dirigente.
Y aquí estamos contemplándolo impasibles. Creo que llegó el momento de grandes movimientos sociales que, independientemente de su ideología, alcen la voz para exigir responsabilidades y resultados. En 1963 alguien dijo "Tengo un sueño", hoy, finalizando el 2011, os declaro que este es mi sueño.
L.J.

1 comentario:

Agustín dijo...

L.J. ese es tu sueño y el de millones de ciudadanos en todo el mundo, que están uniendo sus voces bajo la bandera de la verdad.