Demasiada hipocresía

No puedo comprender como con la que nos está cayendo se puedan organizar unas Jornadas Mundiales de la Juventud, y que se esten moviendo millones de Euros en algo tan superfluo como puede ser la mística contemplación del señor Ratzinger. Solo de organización se habla de unos setenta millones de Euros, y se calcula que el evento moverá un negocio de cerca de trescientos millones de euros.

Me escandaliza esta opulencia desplegada desde la sede Pontificia, con el único fin de hacer "cantera" entre los más jóvenes, para llenar de sangre nueva sus vacíos seminarios y conventos. Este afán de reclutamiento choca con la situación de una juventud que se está literalmente muriendo de inanición en una gran parte de África. ¿Por que el Papa no hace estas jornadas al lado de quien lo necesita realmente? Parece ser que esta no es la imagen que se pretende asociar a estas jornadas donde la felicidad y el "buen rollo" reinan en una isla de realidad virtual, montada a tal efecto.

En estos días en Madrid no hay crisis, no hay guerras, ni hambre en el mundo. Por no haber no hay ni indignados, ni manifestaciones antipapa, ni siquiera derecho a la huelga. Pero no debemos olvidar que cuando el papa regrese a el  Vaticano, nos quedaremos con la cruda realidad una vez más.

Señor Ratzinger haga usted honor a la doctrina que predica y mójese ayudando a quien lo necesita. Todo este dinero que van a despilfarrar en Madrid, salvaría muchas vidas en África.

P.Olivares.