martes, 19 de julio de 2011

Una de Cal ... y cinco de Arena.

Parece que este es el rasero con el que se puede medir la aptitud de la Patronal. Se permiten decir algo "positivo": "entonó el mea culpa y reconoció que el fracaso sobre la negociación colectiva pudo deberse a que los empresarios fueron «demasiado ambiciosos»." Pero el resto del discurso sigue el mismo guión de costumbre. Se aplica la ley del embudo y todo debe caer para el mismo lado. Hasta el propio Rosell reconoce de que pie cojea la CEOE. Se deben pensar que casi cinco millones de personas se apuntan al paro "porque sí". Me parece que estas declaraciones son frivolizar con una situación cuanto menos desesperada para muchísimas familias que están viviendo una situación dramática.
También se permite el lujo, desde la patronal privada, de echar la culpa de nuestros males al funcionariado, generalizando la aptitud de una minoría muy puntual de este sector. Ese mismo "examen", tanto de aptitudes, como de ética, también debería de hacerse a muchos empresarios sin escrúpulos, que aprovechan estas aguas revueltas para hacer su "agosto".
Para Rosell el obrero no tiene derecho ni siquiera de a acudir al médico, o en todo caso no hacerlo en horas laborables. Lo de ponerse enfermo y faltar al trabajo, ya no debe de entrar en su diccionario. Si a estas declaraciones unimos las referentes a la educación, podríamos estar imaginando a un señor con cara de peseta, que hace unos años venía a decir algo muy similar.
Para finalizar con su alegato parece no gustarle lo de la subida de impuestos, ya que como se rumoreaba por ahí, los primeros en subir podrían ser los suyos y los de sus amigotes, y claro está, eso no gusta...
E.M.M.

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