Baile de máscaras en la investidura.

Cuando aún resuenan las palabras de promesas que nos hacían todas las agrupaciones políticas, cuando aún no se han retirado los carteles electorales, podemos comprobar el camino que inician los nuevos cargos electos. Esta vez el primero en retirar la careta electoral le corresponde a José Ramón Fernández, candidato por el PP. La propuesta es el voto secreto para la investidura por el Alcalde de Carreño. Parece que en una semana se han olvidado de las promesas de democracia participativa y transparencia que tanto alardeaban.

¿Qué hay de malo en votar? ¿Qué hay de vergonzoso? ¿Por qué han de ocultar algo que debería ser conocido por todos nosotros, los votantes, que les hemos puesto como representantes? La propuesta del PP es una invitación a hacer algo "avergonzante" que ha de quedar oculto por el anonimato y fuera del conocimiento del pueblo. ¿De ser el caso contrario y ser el PP el que tuviera ese voto decisivo lo vendería a "otro" postor (me abstengo de decir mejor)? ¿Es esa la opinión que tiene de los demás representantes políticos? ¿Qué pensarían los votantes de esa mercadería con los votos?

Siento la proliferación de tanto interrogante pero son todos los que me vienen a la cabeza en un intento de comprender esta iniciativa.

Por el mero hecho de lanzar esta propuesta deberíamos plantearnos la capacidad que tiene este señor de presidir esa alcaldía a la que tanto aspira y que para conseguirla parece ser que, según el dicho popular, "valdría todo menos morder". Quedamos a la espera de, si saliera o saliese investido, cuál sería su próxima propuesta como Alcalde. ¿Volveríamos a cerrar los plenos al público para convertirse en un manejo oscurantista de este Concejo? Mal empezamos si antes de ser alcalde ya está dando la espalda al pueblo. Solo me queda el consuelo de esperar que las cuentas de este señor sean como las de la lechera.

Alcalde por voto secreto.

Pablo Olivares.